El 21 de octubre formalicé mi inscripción en #LorcaResiliente y quizá el día sea lo de menos, pero en ese momento fue como «un lanzarme al vacío», a una aventura que no sabía a dónde me llevaría.
En esos momentos ni siquiera había leído el extenso programa de las jornadas, pero sí me había informado de los organizadores, @PacoM2d y @AlejandroM2d me daban la suficiente confianza como para querer estar allí, tres días en los que el #terremotolorca sería el principal protagonista, 3 años y medio después de que este doble seísmo dejara «mi ciudad» patas arriba.
Algunos amigos pensaron de mí que era demasiado «masoca» por el hecho de meterme tres días a escuchar largas charlas sobre lo que pasó, lo que hicieron unos, otros, lo que no, en definitiva, hablar de algo «que tanto daño nos hizo». Pero yo pensé que hablar de esto quizá nos ayude a superarlo. Y hoy cuando ya las luces del Centro Cultural se han apagado para Lorca Resiliente, puede afirmar que así ha sido.
El miércoles 26 la sala se llenó de gente, caras con ganas de mostrar todo lo estudiado en estos años y antes, todo lo que se ha escrito sobre el terremoto, la falla de Alhama, gente de diferentes puntos del país, profesiones, jóvenes, más veteranos, estudiantes, profesores,…..
Destacó la emotiva ponencia del alcalde de Lorca, Francisco Jódar, que tituló «Lorca, una ciudad rota». Jódar detalló los primeros momentos tras el segundo seísmo y las numerosas problemáticas que se presentaron: «gente herida, que salió con lo puesto, sin medicamentos ni alimentos para los bebés…., y con los medios justos de los que disponíamos al principio». El alcalde destacó que en esos momentos no había horarios paranadie, ni gente de servicio y gente que no, todos estaban a una.
«Una ciudad que a pesar del sufrimiento se vistió de héroe»
Mientras Jódar hablaba, yo iba reconstruyendo en mi cabeza cada momento de esas primeras horas de incertidumbre, dolor, llanto, pero sobre todo, miedo mucho miedo. Me sorprendía a mí misma ver como un político me podía estar emocionando, pero él lo estaba consiguiendo, y no sólo a mí, sino a la mayoría de los asistentes.
Con su voz entrecortada, en algunas fases, habló de la multitud de medios de comunicación que se desplazaron a Lorca, las numerosas ruedas de prensas improvisadas que tuvo que dar. Se refirió a las familias que se quedaron sin casa, y que no podían alquilar porque no había viviendas, al campamento de damnificados,…..
«Sabíamos que el terremoto no era una cuestión de un día, ni de dos, ni de un mes, ni un año»
Iba escuchando y a la misma vez pensando que los políticos deberían más a menudo hablar así, con el corazón en la mano, dejándose de directrices.
«Objetivo: lograr una ciudad nueva y mejor. Reparar lo dañado, recuperar lo perdido y tener un Lorca mejor, reconstruirlo todo mejor, más resistente y hacerlo todo con horizonte de futuro». Y es que esto sonaba tan bien!!!
«La auténtica clave de todo esto había sido el trabajo, el codo con codo»
El alcalde dijo que nadie había ido a Lorca ahacerse la foto, «sino a hacer lo que tenía que hacer». Esfuerzo colectivo, añadió, algo que nos había hecho más fuertes y vitalistas, además de enseñarnos a valorar más lo que tenemos.
Terminó su ponencia y se fue, la agenda lo llevaba a otro lugar, pero allí había conseguido meternos en el tema y hacerlo con el corazón abierto.