Septiembre, ese mes

septemberHan pasado ya 19 días de este mes de septiembre, pero creo que aún llego a tiempo de hablar de lo que este mes supone para las vidas de muchos de nosotros.

Septiembre, por excelencia el mes de los regresos, el de la ‘operación retorno’, la vuelta de las vacaciones, de los retiros estivales, de la vuelta al colegio, a la universidad, al trabajo, en definitiva, a las obligaciones. 

El noveno mes del año para mí siempre ha tenido un sabor agridulce: por un lado, la parte dulce por ser el idóneo para los reencuentros, con los compañeros de pupitre, de biblioteca, de la oficina (aunque cada vez haya menos oficinas abiertas), con los compañeros del gimnasio, con los vecinos del barrio,….con la vida diaria, pero también con la temida monotonía.

Y un sabor agrio por las despedidas, las de los amigos de la playa, de la montaña, el campo que vuelven a sus vidas en las ‘grandes ciudades’, a miles de kilómetros de ti. Las despedidas de los ‘amores de verano’, aunque cada vez estoy menos segura de que sigan existiendo, al menos como yo los conocí. Agrio por tener que abandonar es lugar en el que has sido feliz, o al menos, lo has intentado.

Septiembre también es el mes de las fiestas, feria en Murcia, Cartagena y Lorca, mes de conciertos, de feria de día, de música y también de toros.

El mes de ‘la cuesta arriba’ por lo difícil que se hace poder pagar los libros de los hijos, el mes de ajustar las cuentas algo desajustadas por tantas noches de chiringuito. El mes de los buenos propósitos, una segunda oportunidad para llevar a cabo esa larga lista de objetivos que te marcaste en enero y de la que no has cumplido ni la tercera parte.

Septiembre, un tiempo idóneo para comenzar la ‘operación bikini’ de 2015.

septiembre

Septiembre, el mes en el que vino al mundo mi ‘media naranja’, hace ya algunos años.

El mes en el que esperas que los problemas laborales se solucionen con los nuevos proyectos que se iban a poner, se están poniendo o se pondrán en marcha.

También el mes de las rebecas, de las mangas al codo, de los fulares porque es un tiempo en el que refresca, aunque no tanto como quisiera, el mes en el que decimos adios al verano, algunos con más dolor que otros y damos la bienvenida el otoño, cuando comienzan a caer las hojas de los árboles, siempre con la principal intención de volver a renacer con más fuerza. Esa también es mi intención.

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